jueves, 29 de mayo de 2014

SUMO



Sumo nació y murió con Luca Prodan. Luca nació en Roma, hijo de un italiano y una escocesa. La familia había padecido los campos de concentración de la Segunda Guerra, pero con el tiempo logró reponerse y hacer cierta fortuna. Luca estudió en Escocia y vivió toda la década de los '70 en Londres. Allí tocaba la guitarra en diferentes pubs de los barrios bajos. En 1981 aceptó la invitación de un amigo que vivía en un campo de Córdoba y se vino para las sierras de Mina Clavero, sin hablar ni una sola palabra de español y planeando comprar vacas con todos sus ahorros. Al poco tiempo se aburrió de la tranquilidad y se mudó a Buenos Aires. Concretamente a la localidad de Hurlingham.
Con un grupo de amigos tomaron la iniciativa y gastaron toda la plata en equipos: Germán Daffunchio tocaría la guitarra; Alejandro Sokol el bajo y Stephanie Nuttal, una amiga inglesa, la batería. Sumo se formó en 1981 y debutó en febrero de 1982 en el Pub Caroline's de El Palomar.
Su primera actuación importante se llevó a cabo en el Festival Rock del Sol a la Luna, en las instalaciones del Club Estudiantes de Buenos Aires en Caseros, el 20 de marzo de 1982. Del mismo participaron Riff, Juan Carlos Baglietto, Orions y Los Violadores. Asistieron unas 20.000 personas. Cuando estalló la Guerra de Malvinas, Stephanie volvió a Gran Bretaña y Sokol pasó a tocar la batería. Diego Arnedo, un vecino, se incorporó en el bajo. Roberto Pettinato, director de la revista "El Expreso Imaginario" fue invitado también para algunos shows, y quedó.

Tras un ciclo en el Bar Einstein y luego de grandes actuaciones en el Stud Free Pub y en Zero la banda logró, junto a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, ponerse a la cabeza del incipiente movimiento underground de nuestro país. Pero Luca regresó a Inglaterra, y muchos creyeron que ya no volvería. Sin embargo, el 17 de agosto de 1984 volvieron a tocar en el Auditorio Buenos Aires. Interpretaron viejos hits de la banda, algunos temas nuevos y una versión reggae de "Cambalache". La formación incluía a Luca, Arnedo y Petinatto con los nuevos Alberto Superman Troglio (batería) y Ricardo Mollo (guitarra).
El mismo Luca Prodan hace un resumen de la carrera underground de la banda: «En un principio, eran casi todos temas míos, cuando yo tocaba la guitarra. Después la cosa fue cambiando, entró una onda mucho más reggae, nos desdoblamos en la Hurlingham Reggae Band (que era únicamente reggae) y Sumo, por su parte, se puso más pesado. Y Fargo -que hoy es el guitarrista de los Redonditos de Ricota- era el violero de la Hurlingham. Después se unieron los dos grupos otra vez, Fargo se fue con Patricio Rey, yo me fui a Europa, y cuando volví con Sumo comenzamos a hacer temas de la Hurlingham... Ahora Sumo es medio reggae y medio pesado. En fin: medio raro» (G.Guerrero, pág 115).


El debut discográfico se produjo en 1985 con Divididos por la felicidad, presentado en el Teatro Astros en mayo, junto a temas viejos, que habían sido registrados en un cassette independiente (del cual se realizaron solamente 300 copias), titulado "Corpiños en la madrugada", y que sería reeditado comercialmente en 1992. El hit fue "La rubia tarada" (cuyo título original era "Una noche en New York City"). Vendieron unas 15.000 copias.
La segunda placa fue "Llegando los monos" (1986), presentada en Capital con un Obras en agosto. En esa oportunidad, se grabó lo que sería el video "Sumo en Obras", de 55 minutos de duración que contiene, entre otros, los temas "Gaitas", "Heroína", "Divididos por la felicidad", "F'you" y "Mejor no hablar (de ciertas cosas)". Cerraron el año con un show en Cemento.
Casi un año después regresaron a los estudios, para registrar su tercer álbum, "After chabón", que también fuera presentado en en el estadio Obras. Sobresalen las canciones "Mañana en el abasto" y "Lo quiero ya". Este disco lo presentaron el 10 de octubre en el Estadio de Obras ante 4.000 personas, pero la salud de Luca ya no estaba bien.
La última actuación del grupo con Luca se realizó el 20 de diciembre de 1987 en la cancha del Club Atlético Los Andes, junto a Los Violadores. El 22 de diciembre de 1987 Luca Prodan fue encontrado muerto, víctima de un paro cardíaco y una cirrosis hepática. La despedida emocionada de Sumo fue en el Chateau Rock de 1988. Allí, Pettinatto y Mollo se alternaron frente al micrófono para rendirle homenaje al alma mater de la banda de la única forma posible: tocando rocanrol.


En 1988 comenzaron a circular unos cassettes semipiratas, con temas y ensayos que habían sido grabados directamente en el portaestudio de Luca. Al año siguiente, el sello CBS lanzó "Fiebre", con las canciones que hubiesen integrado el siguiente disco de Sumo.
Dos recopilaciones oficiales salieron a la calle en 1991: "Collection" y "Grandes Exitos". Desde el mismo día de su entierro, cientos de fans visitan su sepultura en el cementerio de Avellaneda. Los homenajes van desde la clásica pintada "Luca Not Dead" hasta enterrar por el pico una botella de ginebra. La mayor convocatoria se da en el aniversario de su muerte.
En mayo de 1995 se lanzó "Fuck You", un disco doble homenaje a Sumo, en el cual participaron Lethal, Los Pericos, Los Auténticos Decadentes, A.N.I.M.A.L., Pedro Aznar, Diego Torres y Attaque 77, entre otros.
Dos grupos derivaron de Sumo: Divididos (con Arnedo y Mollo) y Las Pelotas (Daffunchio / Sokol).


DiscografíaDivididos por la felicidad (1985)
Llegando los monos (1986)
After chabón (1987)
Fiebre (1989)
Greatest Hits (1991)
The Collection (1991)
Corpiños en la madrugada (reedición) (1992)
Obras Cumbres (2000)

Alejandro Sokol: batería
Diego Arnedo: bajo
Germán Daffunchio: guitarra





De las bandas argentinas,esta es una de mis favoritas,grande luca!!


miércoles, 28 de mayo de 2014

RAUL SENDIC -RUFO

"YO SOY RUFO,Y NO ME ENTREGO VIVO"



Raúl Sendic, el fundador y líder histórico del MLN Tupamaros
La vida de Raúl Sendic simboliza cabalmente la suerte corrida por el MLN Tupamaros: de la derrota militar al renacimiento político de su antigua militancia.
Por Alberto Elizalde Leal internacional@miradasalsur.com

El grito retumbó en el pasillo de la vieja casa de la calle Sarandí casi con la misma contundencia con que sonaban los disparos de una patrulla de Fusileros Navales de la Marina uruguaya: “no voy a salir, todavía tengo unos tiritos”. Era el 1 de septiembre de 1972 y Raúl Bebe Sendic resistía a los tiros su detención hasta que una bala le destrozó la mandíbula y lo dejó desangrándose inconsciente. Su captura, junto a su compañera Xenia y a Jorge Ramada fue el tiro de gracia para el MLN Tupamaros que hacia finales de 1972 estaba asediado por la intensa represión desatada por el gobierno del presidente Bordaberry, y golpeado por la caída de la totalidad de sus cuadros dirigentes y la pérdida de sus refugios y estructuras logísticas.

Raúl Sendic había nacido en 1925 en un pueblo del interior del Uruguay y desde muy joven se definió política e ideológicamente por el socialismo. Incansable lector de Marx, Lenin y Rosa Luxemburgo no se quedó en la especulación teórica y comenzó a participar activamente en actividades antifascistas y de solidaridad con las movilizaciones de los trabajadores rurales del norte del país, sometidos a condiciones cuasi feudales de sometimiento y explotación. Miembro del Partido Socialista, formó parte de su renovación programática a mediados de los ’50 y –luego de recibirse de Procurador– se radicó en la zona rural del norte donde participó de las luchas de los cañeros –los peludos, como se los conocía– impulsando y concretando la formación del primer sindicato de la actividad, la Unión de Trabajadores del Azúcar de Artigas. La arraigada intransigencia patronal y la complicidad estatal con la explotación reinante llevó rápidamente a la radicalización de dirigentes, activistas y trabajadores bajo la forma de acciones de autodefensa de masas y escarmiento de represores y rompehuelgas. En 1965, integrantes de varias organizaciones políticas acordaron en Parque del Plata, la conformación de una organización armada y clandestina que se definía como “brazo armado del movimiento popular”. Si bien la organización comenzó a realizar pequeñas operaciones de propaganda armada, no es sino hasta 1966, luego de un fracasado asalto a las oficinas de Funsa, que se firma en un comunicado con el nombre de MLN Tupamaros.
Al año siguiente los tupas elaboraron un informe conocido como Documento 1 que Sendic llevaría a Cuba. En sus ocho capítulos se explicitaban claramente los puntos centrales de la estrategia tupamara: la concepción de la lucha de liberación nacional como una lucha necesariamente continental, la guerrilla urbana como método principal de acción y el carácter prolongado de la misma. El texto, en consonancia con los planteos de otros grupos revolucionarios latinoamericanos, no se privaba de vapulear a la Urss por su ambigüedad política y su apoyo a regímenes represivos.
El desarrollo de las acciones tupamaras fue vertiginoso: desde los fusiles –que nunca se pudieron usar por falta de percutores– recuperados del Club de Tiro Suizo en agosto de 1963, pasando por el secuestro del Presidente de UTE (la Edenor oriental) Ulises Pereyra Reverbell como apoyo a la huelga general de los trabajadores estatales, la toma de la ciudad de Pando en 1969 y el secuestro y ejecución de Dan Mitrione, agente de la CIA que entrenaba a las fuerzas represivas uruguayas en técnicas de tortura en julio de 1970 y la fuga de 111 tupamaros de la cárcel de Punta Carretas en 1972, los comandos del MLN realizaron más de 100 acciones importantes en dos años, sin contar innumerables hechos pequeños de pertrechamiento, propaganda armada, sabotajes, etc. Pese a su eficacia operativa, destacada incluso por la prensa que al inicio los llamó los Robin Hood orientales y a la simpatía que despertaron entre amplios sectores de la población, los tupamaros no lograron hacer pie organizadamente en el movimiento de masas. Sus numerosos contactos con algunos gremios, la captación de algunos dirigentes sindicales y aún la participación en la conducción de otros, no se tradujo en influencia y dirección política real, obstáculo insalvable para construir una retaguardia donde replegarse cuando arreciara la represión a partir de 1971, con la participación abierta de las FF. AA. y el uso masivo de la tortura minando inexorablemente la estructura y la capacidad combativa de la organización hasta su derrota y dispersión. La detención de Sendic y su posterior reclusión por años en condiciones infrahumanas junto a ocho de los viejos fundadores no quebrantaron su voluntad militante y –tras su liberación en 1985– se dedicó a recorrer los barrios, hablando con la gente, organizando mateadas que fueron verdaderos foros de discusión y formación política de masas en torno a nuevos ejes políticos y nuevas prácticas militantes. La cuestión agraria, la lucha contra la pobreza, la deuda externa y la Reforma Constitucional pasaron a ser el centro de la reflexión política que generó algunas de las formulaciones programáticas plasmadas en las coincidencias de los integrantes del Frente Amplio. En 1985, pocos días después de ser liberado, el Bebe Sendic, en una entrevista periodística, afirmó que “no supimos organizar al pueblo”, conclusión que las nuevas generaciones de militancia popular deberán tener en cuenta en los umbrales de la asunción de un histórico tupamaro como presidente de Uruguay.

Miradas al Sur, 28 de febrero 2010


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Retrato de un guerrillero
La República en la Red, edición 28/04/99
[Raúl Sendic habla en un acto del MLN luego de su liberación, atrás quedaban 12 años de prisión, en condición de rehén de la dictadura; eran tiempos de replantear el tema de la tierra y el Frente Grande]

Raúl Sendic falleció el 28 de abril de 1989 en la clínica Edouard Rist de París a causa de una crisis cardíaca provocada por una dolencia neurológica denominada motoneurona.

El líder
tupamaro había nacido un 16 de marzo, 64 años antes, en el paraje Chamangá (Flores). Era el quinto de seis hijos y hasta los diez años no conoció ningún pueblo. Estudió en escuelas rurales hasta la secundaria, que cursó en Trinidad aunque seguía viviendo en el campo. Allí fundó la Asociación de Estudiantes Trinitarios y escribió en un periódico estudiantil denominado "Rebeldía" junto a su hermano Alberto y Carlos María Gutiérrez.
A los 18 años comenzó a estudiar en la Facultad de Derecho, llegando a recibirse de procurador en 1951. En esa época militaba en la juventud del Partido Socialista (PS) y en el Centro de Estudiantes de Derecho, integrando durante cuatro años el ejecutivo de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas. A fines de la década del 50 abandonó su cargo en el Comité Ejecutivo del PS y se radicó en Paysandú, donde trabajó asesorando gremios. En 1956 participó en la marcha hacia Montevideo organizada por los trabajadores arroceros de La Charqueada y en 1958 en la movilización de los remolacheros sanduceros. La primera vez que lo encarcelan fue en San Javier por ocupar las plantaciones junto a un grupo de trabajadores rurales.
 
En 1959 funda la Unión de Regadores y Destajistas de El Espinillar (URDE), que agrupa a cañeros de Salto y dos años después funda en Bella Unión la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA). Cuando el gobierno declara las Medidas Prontas de Seguridad, Sendic y sus compañeros son encarcelados en Paysandú.

En 1962 crea en La Teja el MLN y en 1963 invade el Tiro Suizo de Colonia para llevarse algunos fusiles. En ese momento ingresa en la clandestinidad y continúa militando dentro del país hasta octubre de 1970, cuando es apresado en la calle Almería, en Malvín, junto a toda la cúpula del MLN. Nueve meses después se fugó con otros 110 prisioneros del penal de Punta Carretas hasta que en setiembre de 1972 cae en una casa de la Ciudad Vieja. Desde entonces permaneció 14 años en calidad de rehén, aislado en distintos cuarteles de las Fuerzas Armadas hasta 1984, cuando es trasladado al Penal de Libertad, desde donde lo liberaron en marzo de 1985.

Cuatro años después, los especialistas que lo trataron en Francia no descartaron que el orígen de la enfermedad que lo llevó a la muerte radicara en los 14 años de torturas y cautiverio en las cárceles de la dictadura.
 

El surgimiento del MLN
-¿Cómo le explicarías a las nuevas generaciones por qué surge el Movimiento de Liberación Nacional?-Bueno, tendría que situarlos en la época. A través de todas esas luchas sindicales fuimos bastante perseguidos: en aquella época se usaba que ante cada conflicto se dictaban Medidas Prontas de Seguridad. Entonces, supongamos que había un conflicto en Montevideo, nosotros estando en Paysandú éramos detenidos. Es decir que figurábamos en una lista de militantes sindicales que eran detenidos automáticamente cada vez que se dictaban las medidas, ¡y a veces ni sabíamos que habían sido decretadas! Era habitual que uno llegara al trabajo y lo llevaran preso.-¿En qué años era eso? -Y. en el 60, 61.-¿Era gobierno colorado?-No. Era blanco, «chicotacista». El Jefe de Policía de Paysandú era «chicotacista». Era una época en que no se podía decir que no hubiera derechos civiles, sólo que no los había para ciertos sectores: nosotros estábamos supeditados a esas represiones. Todo eso creaba una situación de rebeldía porque ni siquiera te permitían trabajar: yo trabajaba en esa época como procurador e iba todos los días al Juzgado, pero evidentemente nadie confía en un profesional al que cada pocos días lo meten en un calabozo ¿no? Incluso hacía defensas penales y muchas veces me encontraba con mi defendido en un calabozo (risas). Sí, sí, pasaban cosas como ésa, de verme los presos en Paysandú y decirme «Raúl: ¿cuándo nos van a dejar ir?», y yo «voy a ver si salgo yo primero» (carcajadas) porque muchas veces ni se habían dado cuenta que yo llegaba como preso. Por eso es muy difícil explicarle a la juventud cuál era el panorama de la época. Todo eso fue in crescendo; hubo manifestaciones; hubo muertos en las manifestaciones; después hubo prohibición de Partidos: fue una escalada de violencia. Y nosotros mismos, como movimiento cañero, hicimos un conflicto con todas las leyes laborales a favor, porque había violación de todas esas leyes, y no conseguíamos ni siquiera que se aplicaran las leyes sobre salario ni nada. -Y ahí hicieron una huelga ¿no?-Entonces tuvimos que ir a un conflicto con la empresa cañera que se llamaba CAINSA. Acampamos frente a ella, la policía nos pidió si podíamos descongestinar la carretera y nos ofreció un monte ahí en Itacumbú. Y bueno estuvimos tres meses a monte con toda la familia, en carpa y demás. Después tuvimos que tomar la fábrica con toda la dirección adentro, y ahí recién conseguimos un convenio para el pago de todo lo que nos debían. Vinimos a Montevideo en camiones, pidiendo la ley de 8 horas para el trabajador rural y la expropiación de un latifundio de Silva y Rosas para dar trabajo a la gente. Bueno, acá fuimos recibidos también con represión: terminamos todos presos en Miguelete, y volvimos allá sin lograr ni la ley de 8 horas (que nunca hubo quorum en el Parlamento para tratarla) ni la expropiación de ese latifundio. Ambas cosas se lograron después: la expropiación del latifundio por Colonización, y se sacó la ley de 8 horas por convenio. Y después por convenio de la OIT, ratificado por ley de país, para ese tipo de plantaciones.-¿Quién tiene ahora el latifundio? ¿Colonización?-Lo tomó en aquel momento, en el 70, luego lo tomó la dictadura militar y.-¿No han hecho nada ahí, no?-Bueno, gente adicta a la dictadura (sargentos jubilados y gente así) es la que lo tiene. -Todo verde el campo.-. y el campo sigue ahí, a medio explotar. Todavía hay fracciones que las ocupa el Ejército, y hay fracciones sin destino. No le dieron una buena colonización. La gente que se movilizó por eso nunca accedió a ningún pedazo de terreno. Es una enorme extensión, está al borde de la arrocera, tiene irrigación del río Uruguay y de los arroyos de la zona, pero permanece prácticamente inexplotado.-Hablamos de las 8 horas como si fuera una cosa normal... ¿de cuánto era la jornada del trabajador cañero en esa época?-En época de zafra trabajaba -y trabaja- unas 12 horas. Nosotros pedíamos 8 horas para que les pagaran como horas extras el resto. Lo mismo ocurre en las estancias: todavía no tienen ley de 8 horas. El peón de la estancia tiene un salario bajísimo. Ahora es de 14 mil pesos, y si tuviera las 8 horas, como está más horas en el campo podría tener un aumento en su sueldo. Una ley de 8 horas que al fin y al cabo fue aprobada hace 70 años para industria y comercio, fue aprobada en 1915.
Socialismo a la uruguaya
-¿Seguís siendo socialista, en el viejo sentido de la palabra?-Bueno, sí. O sea, nosotros tenemos un objetivo socialista. Lo cierto es que nosotros nunca fuimos demasiado esquemáticos y menos ahora que ha habido una serie de experiencias donde las mismas experiencias socialistas se han ido rectificando. Nostros estamos con esas rectificaciones y estamos por un socialismo adaptado a la uruguaya, y siempre luchamos por él.-¿Podrías definir en pocas palabras qué es «un socialismo a la uruguaya»?-Bueno, hay una mentalidad en el país. Nosotros no estamos en una sociedad que haya sido zarista como la Unión Soviética, ni en una sociedad presidida por mandarines como China. Tenemos cierta tradición democrática muy arraigada en la mentalidad del pueblo, por libertades y todo eso, y nosotros tenemos que adaptar el socialismo a la realidad uruguaya. Un socialismo que sea compatible con toda esa tradición, digamos libertaria, de todo el pueblo uruguayo.-¿Existen líderes campesinos?-Bueno, yo diría que de un campesino a otro campesino hay afinidad, hay una afinidad de una cantidad de gente que estuvimos en la Universidad, con nuestro hábitat anterior. Y a raíz de eso uno entra mejor en el medio rural que en el medio urbano. Por eso pienso que yo ni siquiera creo que haya ayudado mucho a los cañeros, simplemente participé en los campamentos. Pero sí puedo alternar con la gente de campo ¿no?-Hablando con el senador Ricaldoni, fuera del reportaje, nos decía que la izquierda insiste en la palabra «campesino» que no tiene andamiento popular: ¿tú encontrás otra palabra para sustituir la de «campesino»?-Sí, sí. Aquí al campesino se le llama «chacrero».-¿Paisano.?-Sí, «paisano» se usa en forma más genérica para el peón de estancia, porque.-¿Pero estás de acuerdo en que «campesino» en Uruguay no es una palabra adecuada?-No, absolutamente. Yo, por lo menos, no la uso. Acá hay chacreros y después, hay lo que podríamos llamar granjeros: gente con capital, con máquinas. El chacrero es la persona que no tiene más que el terreno y su fuerza de trabajo. El otro ya tiene algún pequeño capital, ya sea ordeñadora si tiene un tambo, o máquinas y tractor, si tiene una granja.-¿Los cambios que este país reclama pasan por la reforma constitucional?-No los cambios, pero sí tal vez una manera de destrabar el sistema político de desbloquearlo. Ahora tenemos un panorama político dividido en tercios, algunos de los cuales son mayores que otros, pero sin que se vea a través de las compulsas de opinión que vaya a haber un partido mayoritario. Y eso se ha reflejado en que el sistema está trabado, porque ni el gobierno puede mandar proyectos al Parlamento que puedan ser aprobados, porque no tienen la mayoría necesaria, ni la oposición -que sí la tiene- puede sacar sus proyectos porque se los veta el Ejecutivo. Lo peor es que eso no tiene visos de cambiar, porque puede ser que la minoría mayor cambie de color, pero siempre será una minoría. Entonces yo diría que, por lo menos para que salga un aumento a los jubilados, se impida la extranjerización de la tierra o salga un presupuesto que contemple la enseñanza, la salud y demás, que no considero que sea un cambio porque eso existió antes en el país. Pero sí tal vez fuera imprescindible una reforma constitucional.-¿No le parece un desatino que la izquierda esté discutiendo eso en este momento, cuando hay temas más importantes?-No, porque entre los temas importantes que tiene el país está el aumento a los jubilados, que va a ser trabado por un veto, y está una modificación en el presupuesto a favor de los empleados públicos y como la gente sin perjuicio de los cambios profundos que llegarán un día, tiene que vivir hoy.-Si hay reforma, a los jubilados no les aumentan hoy: con buena suerte les aumentarán de aquí a tres años, porque la reforma se va a aplicar después de las elecciones, no ahora.-Sí, sí, pero el panorama, si no se hace la reforma, es que tengamos ocho años de empate...-Además con reforma o sin reforma los colorados dicen que hoy hay financiación, así que.-Sí, sí. Pero simultáneamente dicen que el país está prosperando y la gente de abajo está cada vez peor. Entonces, en algún lado hay prosperidad como para sacar esa financiación.
El Frente como opción
-Tú decís que hay tres partidos. Yo te haría dos preguntas: la primera si el Frente Amplio es un partido o un conglomerado de partidos. Y la segunda: ¿el MLN es un partido aparte?-Bueno, yo aludí a tres grandes fuerzas, con el término «partido» en el más amplio sentido. Hay otros partidos, la Unión Cívica y otros menores. Yo diría que, tomando las bancadas parlamentarias como respondiendo a una fuerza cada una, se da esa situación de bloqueo y de impotencia para sacar iniciativas por un lado y por el otro. Entonces hay que procurar que el sistema funcione, porque si el sistema está trabado, el que se beneficia es el que tiene el mango de la sartén. Entonces no podemos decir que no funciona: al contrario, funciona a favor del sector oligárquico.-De todas maneras te pregunto: ¿para ti el Frente Amplio es un partido o un conglomerado de partidos?-Bueno, yo diría que el Frente Amplio, por su propia definición, es un conglomerado de partidos, y está lejos de ser algo tan homogéneo como podría ser un partido.-¿El Partido Colorado y el Nacional son más homogéneos o más heterogéneos?-Bueno, se llaman «partidos» pero son realmente frentes donde convive gente que apoyó la dictadura, con gente que se opuso a ella. -O sea que el MLN se va a presentar a las elecciones.-Bueno, yo no podría vaticinar eso. Lo que sé es que nosotros nunca tuvimos una posición abstencionista, pero no podría decir si se va a presentar una lista a las elecciones o va a apoyar la lista más afín, o va a dejar en libertad de acción a sus militantes para votar a discreción dentro de las fuerzas que les parezcan más afines a nuestras posiciones, como pasó en el 71. -De todas maneras, esa posición que es electoralista, puede favorecer la entrada al Frente Amplio.-Sí, sí. Evidentemente los cálculos funcionan en todos lados, y el Frente Amplio perdió la Intendencia de Montevideo por 15.000 votos en la última elección...
"Desde luego que no me gusta hablar de cuando estuve preso. pero supongo que hay que hacerlo porque hay mucha gente que no conoce ese período ¿no?"
Una foto para el recuerdo: la vieja y querida "patota" con el entrevistado, en su casa del Barrio Palermo. De iz1quierda a derecha, Alberto Silva (con su ex look guerrillero) el Dire (con pelo, sin panza y sin canas) Sendic y Pedro Silva. En el espejo, Caula y Pilar. Dos detalles anecdóticos: nos recibió a las 8 de la mañana ¡con una botella de grappa! (él no la probó) y fíjense dónde tenía el enchufe: detrás del espejo, al mejor estilo tatucera... Así eran los tiempos. 




 Wilson y la reforma agraria
-En la época en que usted estaba en actividad junto a los cañeros, el Ministro de Agricultura era Wilson Ferreira Aldunate. El se jacta de que hizo una buena gestión como Ministro: ¿usted cómo la juzga?-Bueno, él hizo un proyecto de reforma agraria del cual no hemos tenido noticias en esta nueva edición de su plataforma política.-¿Era bueno ese proyecto?-El proyecto era muy progresista respecto a lo que había en la época.-El análisis que usted hizo de ese proyecto fue el que perdió en la avioneta ¿nunca más lo recuperó?-Sí, justamente... no recordaba ese incidente. Yo había hecho un análisis de ese proyecto y había hecho un fichero, que siempre estoy haciendo alguno. -Tenga cuidado con los ficheros.-¿Cómo? -Que tenga cuidado con los ficheros (risas).-(Sonriéndose) Sí, pero éstos son de datos económicos. -No, si yo no le digo nada.-Hay ficheros que funcionan contra nosotros , ¿vio?, pero hay otros que funcionan a favor. Sí, al bajar en Melilla intentaron detenernos ahí, y bueno, tuvimos que dejar eso que venía en el equipaje. Nos zafamos justo ahí, nos escapamos en un vehículo que nos había venido a buscar.-¿Tuvo tiempo de rehacerlo? ¿No apareció más?-No, no apareció más. Pero continuamente, al hacer lecturas, voy haciendo fichas. Pero también, al final es como la tela de Penélope que se vuelve a tejer continuamente. Y ahora estoy tratando de poner uno en la computadora.-Eso te iba a preguntar, porque te oí hablar de computadoras: ¿aprendiste a manejarlas?-Sí, más o menos. Por lo menos tengo un programa de fichero y voy pasando las cosas ahí-¿No te asustan esas máquinas?-No, no, no. Soy partidario de todas las ventajas que trae la nueva tecnología.-¿Te chocó mucho ver por primera vez una computadora?-No, no. Yo leo muchas revistas científicas, como «Scientific American» en su versión castellana, que se llama «Investigación y Ciencia», y ahí se da un panorama continuo. La estuve leyendo a partir de que se liberarizaron las lecturas en los cuarteles, y desde luego que tenía bastante tiempo para leerlas y repasarlas. Y ahí también hice un fichero (se ríe), entonces más o menos seguí el proceso de las sucesivas generaciones de computadoras.
Dictadura y autocrítica
-Raúl, me parece que todos tenemos el prejuicio de hablar de esa época un poco triste de la dictadura. -Mmm.-¿A ti te pasa lo mismo? -Bueno.-Me refiero a tu experiencia personal, también.-Bueno, desde luego que no me gusta hablar; pero supongo que hay que hacerlo porque hay mucha gente que no conoce ese período ¿no? La verdad que no es la mejor conversación para esta etapa, pero entre el referéndum y demás estamos reviviendo los episodios de entonces.-Cuando llegó la democracia, ustedes -como casi todos los uruguayos-, ¿hicieron las autocríticas respectivas?-Bueno, nosotros, en una coyuntura muy especial, fuimos receptores de la violencia. Vamos a decir blanco privilegiado de esa violencia. Y en determinado momento reaccionamos, viendo que no había otra perspectiva para el país; después de haber intentado la lucha política y la lucha sindical durante años. Antes de llegar a eso tuvimos por lo menos 20 años de militancia tradicional, sea en partidos de izquierda o en la lucha sindical. Entonces podría decirse que agotamos todas las formas que puedan imaginarse para la lucha en favor de los sectores pauperizados de la población. E iniciamos esa experiencia, y tratamos de hacerlo contemplando la mentalidad uruguaya, buscando la menor violencia posible en un movimiento de ese tipo. Fue entonces que se realizaron todas esas acciones tan festejadas internacionalmente por la imaginación que se ponía para evitar la violencia: la fuga masiva del Penal, las tomas de cuarteles, todo eso. -Pero también estaban los escuadrones de la muerte.-Claro. Después nos tomó el Escuadrón de la Muerte, al cual al principio resolvimos, orgánicamente, no contestarle. Pero seguían cobrando víctimas, y en determinado momento entramos en la escalada de violencia, en lo que nosotros siempre llamamos la guatemalización de la guerrilla, que era lo que justamente queríamos evitar. Pero al final nos tomó, y en el último período, cuando ya se dibujaba la dictadura, entró el Ejército... y bueno, ¡ya no nos tiraban con caramelos! Y nosotros menos. Entonces fuimos concientes de que estábamos perdidos, e hicimos una estrategia de pelear hasta el último cartucho sabiendo que estábamos derrotados. Y fue en ese período en que los dirigentes nos comprometimos a no caer ilesos, y felizmente los que habíamos jurado hacer eso, lo cumplimos y caímos todos ese día.-Ahora, ¿fue error de ustedes, o fueron las circunstancias las que no permitieron que se evitara esa "guatemalización" de la guerrilla?-Bueno, las estrategias de acá se dibujan quizás en lugares muy remotos. Y ustedes lo ven repetido ahora en Colombia, por ejemplo, donde hay un acuerdo de paz y matan por cientos a los militantes, para obligarlos a volver a la guerrilla. Entonces, acá también, nosotros íbamos creciendo en la opinión pública en aquella época de la Monty, del Casino San Rafael, y de todas aquellas acciones espectaculares. Y en lo que para mí fue una estrategia bien dibujada: se buscó obligarnos a la violencia; tomaban militantes, los destrozaban todos, y los tiraban en una playa. No había interrogatorio, y no había nada, porque a las pocas horas de haberlos apresado los tiraban completamente mutilados en las playas, como pasó con varios compañeros. -Es cierto.-Nosotros vimos bien claro cuál era la intención inicial; en esa época todavía estábamos en Punta Carretas, y resolvimos no responder a ese intento de llevar a otro nivel la lucha del Movimiento. Y después salimos en la fuga del Penal y siguieron las muertes por parte del Escuadrón. Entonces se capturó a un miembro del Escuadrón, el cual dio los nombres de los integrantes, cómo se habían hecho los secuestros de los compañeros, quiénes habían intervenido. Ahí ya no estábamos nosotros en la dirección: nosotros estábamos en el interior del país, en los montes, y coincidió que se revió la práctica anterior y se hizo un 14 de abril en que se atacaba a los miembros del Escuadrón de la Muerte (ver pregunta sobre el tema en el recuadro adjunto). Bueno, eso trajo la consiguiente mortandad de compañeros. Y después los sobrevivientes del Escuadrón de la Muerte, como Campos Hermida, como Castiglioni, como todos los que estaban sindicados y marcados en ese volante que largamos el 14 de abril, siguieron matando gente en Orletti y en otros lados. O sea que el Escuadrón de la Muerte siguió funcionando, ahora con el viento a favor de la dictadura.
Los nuevos militantes y la fama
-¿A qué se debe que la mayoría de la militancia del MLN esté formada por jóvenes que ni siquiera los conocieron en el período de su acción principal?-Y yo pienso que nosotros en este momento tenemos como una especie de examen de autenticidad. Entonces, en un panorama confuso nosotros prosperamos, que es lo que pasa ahora. Tal vez si hubiera una propuesta unánime de la izquierda, las simpatías se desplazarían más.-Bueno, hay quienes dicen que ustedes también son confusos y que en definitiva no proponen nada...-Nosotros salimos con una propuesta de no pago de la deuda externa, pasaje de las tierras del Banco Central a Colonización, parar el proceso de extranjerización de la tierra, de medidas drásticas contra la Banca... y todo eso hace dos años. Hace dos años y pico que la formulamos, y en su momento fue criticado por imposible... pero ya hay países que no pagan la deuda externa. Países serios, conservadores, como el gobierno brasilero que no pagó.-¿Qué es eso de «serio» como sinónimo de «conservador»?-Bueno, se supone. Nos acusaban de que no era una propuesta seria... Estos tienen patente de serios desde el momento que siguen una tradición de política conservadora.-Pero el MLN, en el exterior, tiene patente de serio. Y de alguna manera se tomó como modelo de guerrilla urbana.-Bueno, sí. Hay, digamos, una propaganda, hay una identificación de la gente del exterior que uno no sabe a qué se debe. Yo pienso que un poco ayudaron las películas, y toda la literatura, porque uno va a un país como Francia y encuentra seis, siete libros sobre los Tupamaros. Entonces yo no sé si esa simpatía recae sobre la organización tupamara o sobre una leyenda que se.-¿Tú pensás que hay una idealización.-Sí, sí.-Tú en Uruguay sos una persona polémica, pero en el exterior sos, indudablemente, una persona famosa: ¿te pesa eso? ¿Lo sentís cuando salís al exterior?-Bueno, desde luego yo no estoy hecho para la vida pública. Pero es un instrumento más para imponer determinadas ideas, para llevar adelante y para que sean oídas determinadas ideas. Porque si no fuera así ustedes no me harían un reportaje, y eso pasa con toda la prensa a nivel mundial. Nosotros hemos estado hablando de todos esos problemas de la deuda en el seno mismo de los países europeos, que son los causantes mismos de este problema, y eso llega al gran público. Entonces te diría que sin ser cómodo es útil.-¿Por qué «no está hecho para la vida pública»? ¿Por qué tantas timideces para un reportaje? ¿Por qué no quiere hablar por televisión? ¿Por qué se paró duro en el acto del Atenas y leía como un escolar la proclama? ¿Por qué es tan tímido? ¿Por qué. -... (se pone colorado).-¡Pará, pará! Dejá que conteste.(risas).-Estee. (suena el timbre y cruza un compañero de Sendic para atender la puerta). ¡Que conteste él! (risas). Bueno, hay una idiosincrasia marcada por la infancia. Me imagino que habrás leído a Freud... No te lo recomiendo (risas), pero te diría que sí, que las vivencias de la infancia marcan toda una personalidad. No vas a encontrar eso sólo en mí, sino en toda la gente que se ha criado en el campo. En cambio, si esa misma persona se hubiera criado en Buenos Aires donde hay un ambiente competitivo desde la infancia, de repente sería un porteño más: tan insoportable como cualquiera de los que vienen acá (carcajadas). Entonces, yo no te puedo contestar: yo te diría que hay que remitirse a la idiosincrasia de cada uno.-Pero usted convendrá conmigo que en su caso es mucho más marcado, porque hay otra gente del interior que es Senador, que es Diputado, que no es tan así. Chicotazo hablaba todo el día. -Bueno, pero.-En su caso es más acentuado.-Bueno, pero Chicotazo era un hombre de la ciudad que se alzó, imitó las palabras, se puso un pericón atrás y apareció como hombre del interior. -Saquemos a Chicotazo y pongamos otro cualquiera, porque los hay.-Vale aquello de «zapatero a tus zapatos»: cada cual sabe la vocación que tiene. Yo me siento incómodo ante la televisión, como vos decís, y me siento cómodo estudiando economía o haciendo un artículo sobre una situación. Entonces si sigo una cosa, no veo por qué tengo que hacer otra.-Está claro que no va a ser candidato a Presidente... (risas).-Hay un Presidente argentino, que ahora no recuerdo el nombre, que nunca habló en público. Un presidente de principios de siglo. -Pero era a principios de siglo.-Sí, pero.-No había televisión. -Bueno, .-¿O sea que Sendic puede perfectamente ser Presidente?-No, pero es perfectamente compatible una personalidad pública con no hablar en público. Y yo te diría que mucha de la gente que sale todos los días en televisión, en vez de ganar popularidad, la pierde.-¿Eso va por Sanguinetti?-No, no sé: a Sanguinetti le preparan muy bien sus intervenciones. Yo te diría que.-¿Va por Seregni, entonces.?
-(no contesta) . que el efecto del medio de difusión es tan lapidario a veces como la ausencia total en el mismo ¿no?





Movimiento Liberacion Nacional Tupamaros

Por Julio Marenales

Para comprender la aparición de una organización clandestina en la década de los sesenta, es necesario describir brevemente el marco histórico en el cual se des-arrolló.
El Uruguay, por mucho tiempo fue categorizado como la "Suiza de América". El fundamento objetivo de esta categorización estaba dado por varias razones.
Era un país con menos de 3 millones de habitantes, con una densidad demográfica de unos 16 habitantes por kilómetro cuadrado, con población integrada en su ma-yor parte por descendientes de inmigrantes europeos. Eso, además, dio de hecho un peso a los elementos culturales europeizantes, los cual marcó una gran dife-rencia con el resto de la América Latina, de fuertes influencias afro-indígenas. En el Uruguay la cuestión indígena fue saldada en el siglo pasado con el exterminio de la población aborigen. Más allá que esa población revistó en los ejércitos artiguis-tas y se mixturó con la población de la campaña, lo que hizo que la influencia de lo indígena en la nacionalidad se expresara de manera poco ostensible pero nada despreciable.
La economía del Uruguay tiene su principal fundamento en el campo. No hay mi-nerales, por lo menos en cantidad explotable, no hay petróleo, que se sepa, por lo tanto la única fuente de riqueza es la tierra. En el Uruguay el principal rubro eco-nómico es la ganadería. Esta se sigue practicando en forma extensiva, con pastu-ras naturales. De esta manera, el máximo de animales que puede soportar el campo uruguayo, es de 9 millones de cabezas de ganado vacuno. La ganadería, desde el tiempo de la colonia hasta alrededor de 1930, tuvo un desarrollo sosteni-do. Pero a partir de esa fecha, cayó en un estancamiento, del cual sólo sería posi-ble salir con un cambio muy profundo en el modo productivo. Pero está demostra-do que cada terrateniente en particular no está dispuesto a encarar ese cambio.
Como indicación muy esquemática podríamos decir lo siguiente: a principios de siglo, cuando el Uruguay tenía 1 millón de habitantes, en números redondos te-níamos 9 millones de cabezas de ganado vacuno. Quiere decir que como poder de compra, teníamos 9 cabezas de ganado vacuno por habitante. Cuando la población se acercó a los 3 millones el poder de compra en el comercio exterior se redujo a la tercera parte. Dado que la redistribución de los ingresos ganaderos es lo que ha sostenido la actividad económica del país, una reducción tan drástica de los ingre-sos relativos, trajo graves consecuencias, en el largo plazo. Las consecuencias económicas del estancamiento productivo no se notaron en lo inmediato, pues la segunda guerra mundial, por un lado permitió vender toda la carne disponible tan-to vacuna como ovina, y por otro lado redujo drásticamente las importaciones de todo tipo, debido a que las potencias centrales volcaron toda su capacidad produc-tiva al esfuerzo de guerra. O sea, que hubo una especie de ahorro forzoso. Pero además, comenzó el desarrollo de una industria de sustitución de importaciones que generó muchos puestos de trabajo y dinamizó el mercado interno.

Hacia la ruptura.

Finalizada la segunda guerra mundial y cuando sus efectos benéficos para el Uruguay comenzaban a mermar, la guerra de Corea trajo un cierto respiro. Pero eso no duró mucho. Se inició entonces una espiral inflacionaria que comenzó a afectar seriamente el poder de compra de los salarios. La clase obrera, que con el relativo desarrollo industrial había crecido y se había fortalecido, se lanzó entonces a la resistencia de las medidas restrictivas en materia salarial, defendiendo el poder adquisitivo de los salarios logrados en años de lucha. Al mismo tiempo pelea por organizarse y por niveles de salarios dignos, al punto de que también en ese aspecto el Uruguay se destacaba del conjunto de la geografía latinoamericana. Las clases dirigentes del país acusaban a los trabajadores organizados de ser los responsables de la inflación, por los continuos aumentos de salarios que reclamaban. Comenzó una escalada represiva contra los trabajadores organizados.
En ese marco económico social, al comienzo de la década de los '60, se organizaron los trabajadores de la caña de azúcar en el Norte del país. Estos trabajadores trabajaban y vivían en condiciones infrahumanas. Organizaron marchas recorriendo el país, caminando, cruzando pueblos y ciudades del Interior informando de su situación. Primero plantearon el cumplimiento de las leyes que existían para los trabajadores rurales, que por cierto eran malas leyes, pero ni esas cumplían las patronales de las plantaciones de caña de azúcar. Luego plantearon la expropiación de un latifundio improductivo, que ni tan siquiera era explotado con los métodos tradicionales. Este latifundio tenía una superficie de 22.000 hectáreas. En un país en el cual se acusaba a los trabajadores de ser responsables de la inflación, los trabajadores cañeros del departamento de Artigas pedían tierras para trabajar. Los cañeros realizaron cuatro marchas hacia la capital, Montevideo. Recibieron apoyo solidario de mucha gente. Un grupo de militantes provenientes de los partidos de izquierda, de los sindicatos y militantes independientes, resolvieron dar un apoyo decidido a los compañeros cañeros. En el proceso de trabajo solidario, se fueron haciendo una serie de constataciones. Una de ellas y muy importante, era que el gobierno, ante las demandas de gente que quería trabajar, contestaba con dura represión, violando una legalidad que él, primero que todos, tenía que respetar. Por otra parte la represión contra los trabajadores era generalizada. Habían comenzado a organizarse bandas fascistas, se atentaba contra los locales de partidos políticos de izquierda, se atentaba contra personas, en algunos casos se les habían tatuado —con elementos cortantes— esvásticas nazis. Incluso fue asaltada la Universidad de la República por bandas fascistas con la complicidad del jefe de Policía de Montevideo. En el ambiente político se manejaba la posibilidad de un golpe militar, al punto que la única central sindical, la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), en 1964 aprobaba un Plan de resistencia al golpe de Estado.

El coordinador.

El apoyo militante al movimiento de los trabajadores cañeros se agrupó en un organismo que se denominó Coordinador, que precisamente, coordinaba la acción de las distintas personas que estaban realizando el trabajo solidario. Ante el clima de violencia, y reiteradas violaciones a la legalidad de las bandas fascistas con la complicidad policial muchas veces e incluso violaciones de la propia Policía, los militantes del Coordinador resolvieron actuar, llegando a no respetar las leyes vigentes, y si fuera necesario, utilizando incluso procedimientos violentos. En una de las marchas cañeras hubo violentos incidentes en Montevideo, donde resultó muerta una persona por un disparo efectuado contra los trabajadores por individuos de derecha. Se pretendió inculpar a los trabajadores y a raíz de ese episodio, Raúl Sendic, que era asesor letrado del sindicato de los trabajadores cañeros (UTAA) y al cual se le quiso adjudicar la responsabilidad del hecho, pasó a la clandestinidad. Los militantes del Coordinador cumplieron un proceso de discusión política de varios meses. En esa discusión se analizó la situación de la izquierda, los acontecimientos de la Revolución Argelina, la Revolución Cubana y los procesos de lucha política latinoamericana. Respecto a la izquierda uruguaya, se reconoció su aporte a las luchas sociales del Uruguay, pero se concluyó que había experimentado un proceso de adaptación al sistema, de tal modo que ya no generaba en los sectores populares reales ideas de cambio profundo de un régimen que progresivamente iba extendiendo la pobreza en más amplias capas de la población. Debe tenerse presente que la fuerza más importante de la izquierda era el Partido Comunista, muy supeditado a la geopolítica de la ex Unión Soviética y por lo tanto enfocando su accionar político por las necesidades del enfrentamiento Este-Oeste. En esas discusiones se efectuaron críticas muy duras contra lo polemista de la izquierda y su fragmentación. También se analizó el descreimiento de la gente hacia las políticos, que habían llegado a graves posturas demagógicas. Durante ese proceso de discusión, en el seno del Coordinador se fueron perfilando dos tesis, ambas con el fundamento de la necesidad de comenzar a actuar en política de un modo diferente.

La identidad tupamara.

Una tesis sostenía el planteo clásico del partido político con su aparato armado. La otra tesis, proponía un planteo estratégico defensivo, y la estructuración de una organización político-militar, pues desde siempre, las clases adineradas que han detentado el poder real y el control del Estado con sus aparatos coercitivos, han recurrido a la violencia, cuando la resistencia a su opresión, por parte de los pueblos, se ha vuelto peligrosa para sus intereses y privilegios. Finalmente se arribó a un Congreso, que se denominó Convención en el cual se definió la cuestión.
Se aprobó la tesis político-militar, se estructuró un reglamento, se aprobó una Estrategia Defensiva, pues la correlación de fuerzas era totalmente desfavorable para el movimiento popular. Iba a ser una organización clandestina, cuya primera tarea sería construir las bases materiales para una organización de este tipo. Sus objetivos políticos serían una paciente acumulación de fuerzas, más precisamente, una contribución a la acumulación de fuerzas del campo popular, ya que nunca se pensó que una sola fuerza política sería capaz de resolver los problemas de un país.
La organización se definió como socialista desde el principio. Con esto se quería significar solamente una sociedad en la cual el centro de la actividad humana fuera el hombre y no la ganancia. Esa sociedad se iría conformando en el proceso histórico. El MLN nunca tuvo ni tiene modelo de sociedad. Se entendió —y se sigue pensando así— que cada pueblo con su historia y su idiosincrasia se irá dando las formas sociales necesarias a su desarrollo. Se salió de la Convención sin nombre, que se adoptó meses después. La Convención se efectuó en enero de 1966. La designación de la nueva organización como Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros tiene como fundamento la manera cómo el MLN ha entendido y entiende que se darán los procesos de lucha político- social en nuestros países. Partimos del reconocimiento de nuestra condición de países dependientes. Imposible que un pueblo pueda decidir sobre su destino si no rompe los férreos lazos de dependencia. Entra aquí la cuestión nacional. En esta lucha, para el MLN, es necesario aglutinar todas las fuerzas posibles, aún aquellas que no se planteen un cambio social profundo, pero que sí estén dispuestas a enfrentar al Imperialismo, por ser también sus víctimas. Esta concepción se enfrentó en su momento con la que sostenían los partidos comunistas, que estaban definidos por la confrontación Este-Oeste.
La Organización comenzó a construir las bases materiales que se había propuesto.

El 22 de diciembre.

En diciembre de 1966, en la preparación de una operación de finanzas, hubo un enfrentamiento con la Policía en el cual resultó muerto un compañero. Comenzaron a realizarse detenciones de amigos de ese compañero, entre los cuales lógicamente había integrantes del MLN-T. Su dirección consideró que desde el punto de vista de la seguridad era necesario que varios compañeros y compañeras pasaran a la clandestinidad. Este suceso ocurrió el 22 de diciembre de 1966. A partir de esa fecha en el transcurso de los días, fueron pasando a la clandestinidad unos 22 compañeros. La Policía allanó locales, en uno de los cuales en un enfrentamiento murió otro compañero. Toda la infraestructura montada fue desmantelada. Hay que agregar la pérdida de las casas de los compañeros y compañeras que pasaron a la clandestinidad, que aunque sus familias ignoraban esas actividades, para muchos efectos las casas prestaban utilidad. Fue un momento muy difícil que se pudo superar gracias a la solidaridad de gente que no sabían en realidad qué era esa organización que de pronto aparecía a la luz pública. Antes de este suceso del 22 de diciembre, había operado incluso utilizando el nombre de Tupamaros, pero más bien parecía un grupo que una organización estructurada. La Organización se había venido planteando un crecimiento muy cuidadoso, atendiendo que para ingresar e integrar una organización clandestina, es necesario aprender las reglas de funcionamiento clandestino que son muy estrictas. El acontecimiento de diciembre obligó a un cambio total en el enfoque. Se vio que era necesario un trabajo político y un crecimiento, como única manera de asegurar la continuidad de la Organización. La primera tarea que se hizo necesaria, fue construir nuevamente una infraestructura mínima, ya que no era correcto comenzar un trabajo político desde los locales que nos habían brindado la solidaridad. Se comenzó a construir cabañas en los balnearios pues era la zona donde existían menores dificultades para adquirir terrenos. Además, la construcción de las cabañas proveía la cobertura apropiada para pasar desapercibidos. Comenzó un lento crecimiento tanto en infraestructura como numérico. Se instaló una nueva base en la zona denominada Pajas Blancas. Esa base es la conocida como "Marquetalia". Posteriormente se instaló otra base cerca de la ciudad de Pando.
Mientras se construía esa infraestructura, por un tiempo la Organización se mantuvo sin operar. Había ganado las elecciones el general Gestido, persona con prestigio de honesto y que había despertado esperanzas en mucha gente. Era necesario esperar su desgaste. Pero la espera no fue larga pues este hombre murió y lo sucedió el vicepresidente Pacheco Areco. Pacheco Areco actuó con mano muy dura. Gobernó con medidas permanentes de Pronta Seguridad, es decir, Estado de Sitio. Fue una dictadura disfrazada. Tuvo la habilidad de no disolver el Parlamento, pero lo desconoció por completo y gobernó por decreto.



 La toma de Pando.
Ante la nueva situación creada, el MLN, comenzó una escalada operativa que llega al copamiento de la ciudad de Pando. En esa operación se toma el cuartelillo de Bomberos, la central telefónica, dos bancos de los cuales se expropia el dinero y la Comisaría, en donde hay un enfrentamiento con heridos y un muerto por parte de la Policía. La operación, bien ejecutada en su primera parte, por errores cometidos en el repliegue deviene en un fracaso militar. Mueren tres militantes y son apresados una treintena, entre ellos un compañero de dirección. Paradojalmente, con la operación Pando ocurrió un fenómeno que también se dio el 22 de diciembre de 1966. A una derrota en el plano militar sucedió un crecimiento político. Ese crecimiento que tuvo lugar después de Pando, a la larga marcó a la organización y fue uno de los factores que contribuyó a su derrota posterior. El crecimiento tan acelerado no permitió la formación adecuada de los militantes clandestinos. Este no sólo se dio a lo interno, sino también a lo externo. Comenzaron a surgir los CAT (Comités de Apoyo a los Tupamaros). Algunos de esos CAT tenían contacto con la Organización, pero probablemente la mayoría eran "silvestres", que actuaban autónomamente integrándose intuitivamente en los lineamientos estratégicos del MLN. Estrictamente, el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros nunca fue una guerrilla. Realizaba operaciones de pertrechamiento y de propaganda armada. La guerrilla, en cambio, es una forma de acción militar. Su objetivo es destruir las fuerzas vivas y materiales del enemigo. El MLN se planteaba una estrategia de acumulación política. Se diferenciaba del resto de la izquierda tradicional en su metodología de acción política. Se realizaron muchas operaciones de copamiento para hablar con los trabajadores y hacer planteos políticos. El MLN estaba estructurado en columnas, que integraban alrededor de 100 personas, además de lo que se llamaba" la periferia de apoyo"de cada columna. El principio organizativo era de círculos concéntricos. Al centro, en el núcleo interior, estaba la organización, hacia fuera los círculos se iban ampliando y su relación era más laxa. La necesidad de un trabajo político cada vez mayor obligó a organizar una columna política. Se le llamó la columna 70. Esta columna, a su vez, era la que tenía el vínculo con un organismo legal que se creó y que fue cofundador de la coalición de izquierda Frente Amplio. Ese organismo se llamó Movimiento de Independientes 26 de Marzo, por la fecha en la que el Frente Amplio salió a la luz pública.
Los caminos del golpe de Estado.
La acción clandestina en territorio dominado por el enemigo es muy costosa y se tienen grandes pérdidas humanas y materiales. Ante la necesidad de rescatar de las cárceles la experiencia acumulada en los militantes que se encontraban en prisión, la dirección resolvió organizar fugas de prisioneros. El 8 de marzo de 1970, fugaron de la cárcel de mujeres 8 compañeras por el portal de la capilla del establecimiento.Posteriormente, en la noche del 29 al 30 de julio de 1971, 38 militantes fugaron por un túnel realizado desde afuera por sus compañeros. Finalmente, por otro túnel que se excavó desde adentro de la cárcel de Punta Carretas, en la madrugada del 6 al 7 de setiembre de ese mismo año se fugaron 111 militantes. Si bien las dos fugas proporcionaron una militancia experimentada, también es cierto que recargaron a una organización clandestina con integrantes también clandestinos. La organización era clandestina pero sus integrantes en su mayor parte eran personas legales. Ante el intenso accionar de la organización el gobierno, con el apoyo del Parlamento decretó el Estado de Guerra Interno. Junto con esta medida se unificaron las fuerzas represivas. La Policía, que era la que tenía a su cargo la represión, había sido desbordada. Ahora con las fuerzas conjuntas ( el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea) se integraban a la represión con amplios poderes. Se aplicó la tortura generalizada como medio de obtener información. Hubo graves violaciones a los derechos humanos, capítulo que aún hoy, 1997, permanece sin cerrar. Como se había dicho anteriormente, el crecimiento acelerado que había tenido lugar después de la derrota de Pando no permitió una transmisión adecuada de las normas de funcionamiento clandestino, y por lo tanto la compartimentación, elemento clave de la seguridad, no se mantuvo con rigurosidad. La compartimentación debía mantener a la Organización dividida en compartimientos herméticos separados, de modo que si la represión destruía una parte, las otras no quedaban afectadas. No hubo tiempo de desarrollar en la nueva militancia la actitud, que es lo esencial en la compartimentación, el no querer saber más de lo necesario para funcionar. Con la aplicación generalizada de la tortura, la represión pudo lograr elementos informativos suficientes como para desarticular al MLN. No fueron apresados todos los integrantes y colaboradores pero sí una cantidad tal que el conjunto perdió toda capacidad operativa. La mayor parte de los dirigentes de los distintos niveles fueron apresados o muertos, y se perdió la capacidad de regeneración, pues acto seguido de la derrota se instauró la dictadura militar, que barrió con el conjunto del movimiento popular, partidos políticos de izquierda, sindicatos, etcétera. Mu-chos militantes y simpatizantes del MLN pudieron irse al exilio, contribuyeron de manera importante a la solidaridad, pero no lograron reorganizar al MLN. Tal vez la consecuencia más dramática de esta desarticulación , en el año 1972 fue que se constituyó en condición necesaria para el golpe de Estado del 27 de junio de 1973. La respuesta del movimiento obrero y popular fue una formidable huelga general con ocupación de los lugares de trabajo que duró quince días. Pero la fuerza del movimiento obrero ya estaba desprovista del apoyo militar que representaba el MLN, por lo que la dictadura cumplió con el diseño estratégico de su ofensiva, que jerarquizó el enfrentamiento con éste en un primer tramo de su avance, para luego caer sobre un movimiento popular inerme y carente de respaldo armado. Durante todo el primer período de la dictadura, ninguna fuerza política tuvo presencia real -porque no fueron permitidos los partidos políticos, ni tan siquiera los de los representantes de la burguesía, los dos partidos conservadores del país, el Nacional y el Colorado-. La dictadura cívico-militar se fue desgastando, y además dejó de contar con el beneplácito de los Estados Unidos, agregado esto a que comenzó a gestarse, desde el comienzo de la década del ‘80, una resistencia sorda por parte del pueblo, todo lo cual hizo que los militares resolvieran replegarse en orden hacia los cuarteles. Hicieron un pacto con personeros de los partidos políticos y permitieron la realización de elecciones, que llevaron al gobierno nuevamente a uno de los partidos conservadores tradicionales del país, el Partido Colorado.
La reorganización.
Por la presión popular, el nuevo Parlamento aprobó una ley de amnistía, por la cual salieron en libertad todos los presos políticos. Los integrantes del antiguo Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, fueron convocados por los viejos dirigentes para discutir la pertinencia o no de la reorganización del MLN. Se realizaron tres plenarios consultivos que reunieron a unos 500 militantes. Esos plenarios facultaron a estas cabezas dirigentes a constituirse en una dirección provisoria, para convocar a todos los antiguos integrantes y simpatizantes para discutir los nuevos lineamientos políticos y resolver en una nueva Convención. Los presos habían sido liberados en marzo de 1985. Transcurrieron varios meses y en diciembre de ese año se reunió la Tercera Convención Nacional del MLN. En ella se establecieron acuerdos básicos, pero se hizo evidente que sería necesario un largo proceso de discusión y práctica social, para llegar a un conjunto de definiciones que sintetizaran las muy diferentes experiencias vividas por los militantes, en la cárcel, en los diferentes exilios y en el propio Uruguay. La Convención ratificó algunas definiciones establecidas en un encuentro clandestino realizado en 1968, que se le denominó Simposio. Esas definiciones se refieren a la utilización del Materialismo Dialéctico como herramienta científica para el conocimiento y transformación de la sociedad. Funcionamiento en el Centralismo Democrático, esto es, organismos de decisiones colectivas, responsabilidades individuales, supeditación de las minorías a las decisiones de las mayorías, distintos niveles de organismos con responsabilidad de dirección y, como elemento esencial, total democracia y participación en las instancias de toma de decisiones fundamentales y funcionamiento jerarquizado en las instancias de ejecución de tareas. Se ratificó la concepción de continentalidad de la lucha, entendiendo que la liberación nacional de cada país dependiente será imposible sin una acción de conjunto por parte de los países dependientes. Entre otras resoluciones, también se aprobó un nuevo reglamento para el ordenamiento del funcionamiento político del MLN.
En general, los dirigentes de los partidos conservadores del Uruguay vaticinaron una corta vida a esta nueva aparición del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Este comenzó a desarrollar su tarea política. Hacia 1987, se iniciaron conversaciones con distintas personas y organismos políticos para ver si sería posible llegar a algunos acuerdos para un trabajo político conjunto. Esas conversaciones se prolongaron por espacio de más de dos años. Al final se lograron acuerdos que permitieron la conformación de un organismo político que se denominó Movimiento de Participación Popular (MPP), y que se definió como un movimiento de lucha por la liberación y el socialismo. Quiere decir que este movimiento no sería solamente de carácter electoral, sino de lucha política en todos los ámbitos posibles, también incluido el electoral. El Movimiento se presentó en las elecciones de 1989 logrando dos diputados. Actualmente, 1997, cuenta con dos diputados en la Cámara baja y un senador en la Cámara alta.


El M.L.N. hoy
El MLN integra el MPP, como así también la coalición de izquierda Frente Amplio, porque considera que los instrumentos políticos tienen que ser diversos, para poder realizar la acción política en los diferentes ámbitos. El MLN sigue siendo una organización política relativamente cerrada, desde el momento que no se define como una organización de masas sino como una organización de cuadros y militantes. El aspirante a ingresar a ella, aparte de ser conocido y presentado por algunos de los integrantes del MLN, tiene que cumplir un proceso al cabo del cual y realizada una evaluación favorable, se integra como miembro pleno. El MLN entiende que la lucha por la transformación profunda de la sociedad, esto es, una transformación revolucionaria, lo es no por los métodos utilizados, sino porque esa transformación abarcará todos los aspectos de la estructura social y será un largo proceso. Esa transformación se irá operando a medida que el desarrollo social vaya conformando un nuevo tejido social, elaborando una nueva escala de valores, todo ello orientado hacia una nueva estructura , que tenga como centro las necesidades humanas de todo orden y en donde no exista la injusticia y la explotación del hombre por el hombre. Si bien se considera que en el fundamento último de la sociedad, está la forma cómo los integrantes de ella producen lo que necesitan para vivir, siendo que esas necesidades son valores de carácter histórico, o sea cambiantes en el tiempo, la transformación no se da de manera automática a medida que el ser humano va acumulando saber y experiencia, sino que hay una interacción permanente entre individuos y marco social. Por ello, aunque los seres humanos están condicionados por el medio social en el cual han crecido, tienen un importante margen de maniobra, lo cual hace que el desarrollo social no sea lineal, en una sola dirección. Las civilizaciones desaparecidas son elocuente ejemplo de ello. Por lo tanto es necesaria la acción político-social para trabajar en el sentido del cambio social. Muy sintéticamente, eso es lo que fundamenta la actuación política del MLN. Su estrategia política es una estrategia defensiva de acumulación. Esto es así porque la correlación de fuerzas es desfavorable para el movimiento popular. Esa acumulación se entiende en varias direcciones: en aumento numérico de voluntades dispuestas a la lucha, en organización, en experiencia, en avances en el campo de la teoría, etcétera. Esa acumulación además tiene que operarse también en el plano internacional, con otras fuerzas progresistas y revolucionarias de otros países, pues el MLN nunca ha pensado que pueda ser posible el socialismo en un solo país. Se ha definido desde su aparición en la década de los sesenta, por la lucha prolongada. Manteniendo siempre su definición de lucha por los intereses de las clases explotadas, es partidario de todas aquellas alianzas políticas que sin contravenir aquel principio, permitan avances en ese sentido. El MLN no rechaza ningún método de lucha política, entendiendo que la metodología está condicionada por la coyuntura histórica. No es una organización política electoralista, sin embargo participa en la lucha electoral, pero sin adjudicarle la principal importancia, considerándola un frente más. No considera los sistemas políticos establecidos, aún aquellos en los cuales se realizan elecciones, como verdaderas democracias. Para el MLN no existe la democracia como enunciado general. Han existido en el proceso histórico diferentes tipos de democracia. La democracia como la entiende el MLN, tiene por lo menos tres dimensiones: la política, la económica y la social. Con esto se quiere significar que los pueblos y no ciertas castas dirigentes, tienen que ser los que tomen las decisiones más importantes que afectan sus destinos. Cuáles mecanismos participativos lo harán posible, será creación que surgirá en el proceso de desarrollo de la práctica social y no una elaboración de laboratorio político. El MLN considera que en el siglo veinte se han realizado importantes experimentos sociales a gran escala, sin embargo aún no se han encontrado fórmulas eficaces de participación social. La división de la sociedades en clases con intereses antagónicos es el escollo principal, por lo tanto es requisito indispensable la eliminación de las clases, que tienen una antigüedad de por lo menos 5.000 años. Es una tarea gigantesca.Fuente: Editorial Ultimo Recurso, Rosario, Santa Fe
Tupamaros, estrategia y acción
Revista Siete Días Ilustrados, julio 1969
Publicado en marzo de este año, el libro Tupamaros: estrategia y acción ha batido en sólo tres meses todos los récords de librería en el Uruguay, con 15 mil ejemplares vendidos. A raíz de su publicación, el jefe de Inteligencia y Enlace de la Policía de Montevideo, comisario Alejandro Otero, fue detenido por tres días como castigo por las declaraciones formuladas a los autores del informe y transcriptas en el mismo. En abril, un alto funcionario policial presentó denuncia penal contra los autores del libro, Antonio Mercader y Jorge De Vera, por entender que se le agraviaba en el capítulo Así murió Silveira Regalado. Allí se narran por primera vez las circunstancias reales en que murió el comisario Silveira: a manos de un compañero policía (en el libro no se lo identifica) por un lamentable error. La policía sostenía que Silveira había sido asesinado por los Tupamaros.

Antonio Mercader
Mercader (25 años) nació en Madrid, de padre español y madre francesa. Vive en Uruguay desde 1953 y estudia Derecho. Ingresó al periodismo en 1964 en el diario La Mañana y pocos meses después pasó a ser redactor de El Diario, donde trabaja actualmente. Viajó en misión periodística por varios países de América latina y Europa. Fue a Chile en 1965 gracias a una beca convenida entre el Círculo de Periodistas Chilenos y la Asociación de la Prensa Uruguaya. Tiene en televisión un programa periodístico semanal. También varios cuentos y una novela escritos, sin publicar.

Jorge De Vera

Por su parte, Jorge De Vera (37) nació en Montevideo y actúa en periodismo desde 1955. Trabajó en el matutino El Bien Público y actualmente es cronista policial de El Diario. Comparte esa actividad con su labor en el Museo Histórico Nacional, donde ocupa un alto cargo y gana merecida reputación como investigador. En la actualidad prepara un libro sobre el gaucho, su historia y su interpretación. En el ambiente periodístico uruguayo se lo considera el cronista especializado con mayor experiencia y capacidad.
Mercader y De Vera concluyeron el informe que se edita en estas páginas apenas unos días antes de que el gobierno uruguayo dictara un decreto prohibiendo la difusión de noticias referidas a los Tupamaros (medida que motivó el secuestro de la edición del libro) y antes, también, de que el MLN cometiera los atentados del 7 de julio cuando atacó y desarmó a ocho agentes policiales, matando a uno de ellos (Germán Garay Lamas, 51 años, cinco hijos) que intentó resistirse. En suma, lo que sigue es el trabajo más completo publicado hasta el presente, en la prensa argentina, sobre el más terrible azote terrorista que opera en América. Mercader y De Vera lo escribieron especialmente para SIETE DÍAS.


En la madrugada del 20 de Junio dos policías armados con ametralladoras de mano detuvieron sus motocicletas ante la sede uruguaya de la General Motors, en el barrio suburbano de Sayago, en Montevideo. Su presencia no sorprendió al sereno Andrés Aspiroz (52): se custodiaban empresas norteamericanas en previsión de atentados por la visita al Uruguay de Nelson Rockefeller, comisionado por el presidente Nixon para trazar un relevamiento latinoamericano. Pero los policías no eran tales. En 15 minutos las oficinas de la GM se convirtieron en una enorme pira. El fuego quemó instalaciones, archivos, tanques de combustible, surtidores y cinco coches estacionados en el patio. Las pérdidas alcanzaron fácilmente el millón de dólares. Al día siguiente, los periodistas que acompañaron a Rockefeller en su periplo latinoamericano quedaron estupefactos: la moderna filial de la General Motors era un montón de escombros. Las imágenes -en colores- se vieron en las pantallas de la TV estadounidense, mientras un locutor informaba que todo era obra de los guerrilleros urbanos uruguayos: los Tups.
El Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros había asestado, en efecto, uno de sus más rudos golpes. No el último, porque al día siguiente, cuando el sonriente gobernador de Nueva York se aprestaba a brindar su única conferencia de prensa en el Uruguay, los Tupamaros interfirieron una emisora radial para lanzar una proclama. El contenido de este mensaje, al igual que el de los panfletos dejados en la GM, podía resumirse en dos palabras: "Fuera Rockefeller".
En los últimos siete años los uruguayos han recibido con regularidad mensajes por el estilo, aunque no logren acostumbrarse a ellos. Quizá porque les cuesta convencerse de que en su país actúa un grupo armado clandestino que asestó ya medio centenar de golpes acumuló un nutrido arsenal, obtuvo el apoyo directo de un millar de hombres y recaudó en sus "expropiaciones" el equivalente de unos 200 millones de pesos argentinos. Para una sociedad conservadora que sumió en el olvido la furia desatada por los anarquistas en la década del 30, la violencia sistemática -como forma de protesta política- le resulta extraña e inquietante. Sin embargo, los Tupamaros forman parte ya de la realidad nacional y mal que les pese a los uruguayos la imagen de su país aparece ligada en el exterior, por culpa de los terroristas, con la palabra "guerrilla".

¿ROBÍN HOOD EN EL SIGLO XX?

"Es lamentable que se los presente como modernos Robin Hood", reaccionó el embajador uruguayo en Washington, Héctor Luisi, ante un articulo sobre Tupamaros publicado en el semanario Time. En efecto, ésa es la imagen que los Tupamaros buscaron cultivar en sus acciones desde que se lanzaron a la lucha en 1963. La sutileza y el esmero en los golpes, el "toque humano", el "gran respeto a todas las normas y tradiciones de la gente" que reclamó el Che Guevara, y el afán publicitario, son atributos en la trayectoria del Movimiento que contribuyen a delinear una apariencia única con respecto a otros grupos guerrilleros. En las últimas semanas, sin embargo, dos hechos contribuyeron a desvirtuar la leyenda de capa y espada alimentada desde diversos sectores: 1) El citado incendio de la GM amenazó con liquidar la fuente de trabajo de 150 obreros y puso en peligro a personas y bienes de la zona. La policía informó que el fuego pudo alcanzar el depósito central de combustibles; de haber ocurrido, un par de manzanas de Montevideo hubieran saltado por el aire. 2) Quince días atrás, diez hombres penetraron en la casa del senador Manuel Flores Mora, que se encontraba ausente. Tras amenazar con armas a sus familiares, los Tupamaros revolvieron su escritorio en busca de ciertos documentos. "¡Cobardes! -bramó después Flores Mora desde la televisión-; si tienen algo contra mí díganmelo cara a cara, pero no se metan con mi mujer y mis hijos."
EL HOMBRE: RAÚL SENDIC

El influyente The New York Time sostiene que los Tupamaros abren rumbos con una nueva estrategia de lucha armada en América latina; la guerrilla urbana. Si es así, el proceso no fue voluntario sino forzado. "En países con mayor proporción que el 50 por ciento de la población en las ciudades (Uruguay tiene el 84 por ciento) la lucha revolucionaria no debe ser en montañas y campos, sino guerra urbana, pues donde está la población reside la revolución", señala un documento tupamaro incautado en 1967 por la policía. En sus comienzos, el Movimiento no pensaba de la misma forma. Aunque la piedra de toque se ubica en el fracaso de la Unión Popular (una alianza de los socialistas con otros sectores de izquierda) en las elecciones de 1962, el grupo de jóvenes "ansiosos" de la acción directa que fundó el MLN ensayó sus primeros pasos en el interior del país, no en Montevideo. Miembros del partido Socialista, conjurados con elementos procedentes del anarquismo y del enjambre de grupos que ya merodeaban la violencia, reciben su bautismo de fuego el 31 de julio de 1963, diez años después del asalto al cuartel Moncada, en Cuba. Ese día, el primer comando tupamaro asaltó la Sociedad de Tiro Suizo en el departamento de Colonia (frente a la provincia de Buenos Aires). El botín: 35 armas largas y municiones pero no irían muy lejos . Semanas después la policía los capturó a todos excepto a su conductor: Raúl Sendic Antonaccio.
Calificado por la derecha como "delincuente común", respetado y admirado por la izquierda, Sendic (Bebe para sus cofrades), de 42 años -los 7 últimos en la clandestinidad-, ha sido sindicado hasta hoy como líder absoluto del Movimiento. Los mitómanos hicieron su obra: su modesto origen rural fue rastreado al igual que su fulgurante carrera dentro del partido Socialista y sus estudios en la Facultad de Derecho (dos materias lo separan de una graduación a la que renunció voluntariamente). Estudioso y apasionado, Sendic cobró relieve dentro de su partido.
En 1958, siguiendo instrucciones del PS, moviliza a los remolacheros de Paysandú y a los cañeros de Salto. Hace lo propio en Artigas (departamento limítrofe con Brasil y Argentina), donde se erige en conductor de los cañeros de las empresas norteamericanas Cainsa y Azucarlito. El PS está hilando fino. Con rara visión comprende que sólo en las islas proletarias del desolado campo uruguayo puede germinar la semilla de la subversión. Sendic va más allá de lo previsto. En 1962 lanza a sus hombres en la primera marcha sobre Montevideo, en reclamo de "tierras para trabajar". A raíz de un choque de los cañeros con un grupo gremial opositor, una mujer muere baleada. Sendic es detenido. Semanas después, cuando se abren las puertas de su prisión, tiene decisión tomada. Pero debe aguardar: los hombres capaces de acompañarlo apuestan su suerte en la Unión Popular. Mientras espera, escribe un artículo en el diario Época (clausurado en 1968), que titula: "Esperando al guerrillero".
El posterior fracaso de la UP (1962) confirma su propósito: él será ese guerrillero. Desde el asalto al Tiro Suizo, Sendic permanece en la sombra. Desde entonces, su fantasma recorre el Uruguay. Lo reconocen como autor de varios golpes, es el cerebro, el dirigente supremo del MLN. Sin embargo, hay quienes aseguran que Sendic renunció al liderazgo del Movimiento cuando éste optó, en 1965, por la guerrilla urbana como forma de lucha.

GUERRILLA URBANA, ÚNICA OPCIÓN

Condiciones geográficas por un lado ("no tenemos lugares inexpugnables en el territorio") y, por otro, el descalabro de la guerrilla rural intentada en la Argentina (1964) y Perú (1965), inducen al Movimiento a establecerse en Montevideo ("'un bosque de cemento de 300 kilómetros cuadrados"). La decisión se formaliza en agosto de 1965, cuando el MLN sabotea la planta de los laboratorios Bayer ("por suministrar gases tóxicos a los yanquis en Vietnam") y deja en el lugar, por primera vez, panfletos con la rúbrica "Tupamaros". La organización ha encontrado nombre para sus seguidores. Tupamaros proviene de Túpac-Amaru, el caudillo peruano que en 1780 sublevó a los indios contra los invasores españoles. Tupamaros: sinónimo de criollo, rebelde y patriota por oposición a los godos opresores, según se llamaba a unos y otros en la Banda Oriental a comienzos del siglo XIX.
En 1965 los Tupamaros cortan los últimos lazos con sus grupos de origen. El Movimiento decide abandonar su posición de "brazo armado de la izquierda" y asume la "vanguardia revolucionaria" como grupo independiente. Según el brigadier norteamericano Samuel B. Griffith -experto en contraguerrilla, prologuista de las obras de Mao Tsé-tung publicadas en América-, es el pasaje de la Fase I (organización, consolidación y preservación) a la Fase II (expansión progresiva). Asentado en la ciudad, el MLN afronta a fines de 1966 una dura prueba cuando una camioneta en que viajaba un grupo de adictos es interceptada por la policía. En el tiroteo, en plena calle, muere el primer complotado, Cartos Flores. La opinión pública se conmueve ante el hallazgo de una célula extremista en plena acción; la policía se lanza a la calle y desmantela una tras otra cada base del MLN. Se practican detenciones y allanamientos. En uno de ellos (el 27 de diciembre de 1966, a 30 kilómetros de Montevideo), los tupamaros enfrentan a los agentes y mueren el guerrillero Mario Robaina y el jefe del Comando de Radiopatrulla, Antonio Silveira. Este último a mano de otro policía que dispara su arma por error.
Es un verano trágico para el MLN. La policía incauta ficheros y los primeros tupamaros entran en la clandestinidad. La organización se repliega y aguantaría a pie firme el aluvión policial a lo largo de todo 1967. "Hemos pasado el periodo mas duro , donde son liquidados la mayoría de los movimientos revolucionarios sufriendo muertes y presos, pero sin ser destruidos", explican en la carta dirigida a la revista semanal montevideana Al Rojo Vivo, en marzo último.
En 1968 el MLN se consolida y ejecuta golpe tras golpe. Tras el atentado de julio contra radio Ariel, del doctor Jorge Batlle (líder colorado de la fracción Unidad y Reforma, que apoya al actual gobierno), los tupamaros secuestran el 7 de agosto al presidente de Usínas y Teléfonos del Estado (UTE). UIysses Pereira Reverbel. Cinco mi hombres de la policía y del ejército registran Montevideo inútilmente: los guerrilleros entregarán con vida a Pereirá en el momento oportuno (5 días después) sin dejar el más leve rastro.


¡ABAJO EL CONFORT!

Para un tupamaro, el confort no es buen consejero. "Es más decoroso y menos miserable arriesgarse a vivir fuera de la ley, compartiendo una pobreza que no es sólo nuestra, que dentro de una legalidad enferma de injusticias", declaman. Cuando la gente pregunta adonde van a parar los fondos de las "expropiaciones", los tupamaros son rotundos al contestar que se invierten "en financiar materiales y bases para una lucha de fondo, para cambiar el régimen". En otras épocas no pensaban igual. Por ejemplo, en la Nochebuena de 1963: un comando asaltó un camión de la cadena Manzanares S. A. y repartió su carga -una cena navideña por familia- entre los 'moradores de un cantegril (villa miseria) en los suburbios de Montevideo. Los bosques de Sherwood, dominios de Robin Hood, parecían reverdecer.
De cuando en cuando aparecen excepciones inquietantes. Recientemente fue detenido Heráclito Rodríguez Recalde (José), cuando se dirigía a su rumboso chalet ubicado en la selecta zona residencial de Carrasco. La casa tenía dos pisos y estaba instalada con gran lujo. Pero cabe reconocer que son casos raros, en comparación con el resto de las bases descubiertas. Instaladas por lo general en zonas suburbanas, cuentan con una construcción central, cabaña o rancho. En los alrededores se montan talleres adecuados a la especialidad de cada célula. Tal es el caso dé las bases descubiertas en Sauce, El Pinar, Pando y Pajas Blancas, donde funcionaban talleres mecánicos para la transformación de autos robados y laboratorios para elaboración de explosivos.
Se encontró un hospital de campaña (en Pando), indispensable para una organización clandestina que prohibe la internación de sus militantes en hospitales cuando resultan heridos en acción. Si están fichados, la interdicción es más fuerte: no pueden asistirse en centros públicos ni siquiera por enfermedad. No en vano el MLN cuenta con estudiantes de medicina, como Fernando Bassini Campiglia, quien tiene en su expediente judicial un cargo más que sus compañeros: "ejercicio ilegal de la medicina", por practicar dos intervenciones que, según un médico forense, merecen difundirse -por lo bien realizadas- en las revistas médicas. En modestas construcciones donde un camastro es el único mueble suntuario, conviven los miembros de las bases suburbanas. A medida que se adentran en la ciudad, las condiciones de vida mejoran; se mantiene, en cambio, una firme disciplina que retacea el dinero para cigarrillos y convierte en abstemios a los tupamaros ("Nunca se pudo probar que el dinero o efectos se utilizaran en provecho propio", reconoce el comisario Otero).
La austeridad se impone por dos razones: porque el dinero se emplea en comprar armas, montar bases y otros menesteres; porque el confort ablanda a los soldados y los desvía de objetivos heroicos. Hay mujeres dentro del MLN, inclusive en el grupo de acción directa. Una cartilla incautada registra lo siguiente: "En 18 tiros de pie: Cristina, 12 blancos; Victoria, 13; Mariana, 12. En 9 tiros de rodillas: Cristina, 9 blancos; Mariana y Victoria, 2 cada una. En 18 tiros tendidas: Victoria, 9 blancos; Cristina, 7; Mariana, 6".
La organización prefiere militantes solteros. Sin embargo, hay matrimonios dentro del MLN. En tal caso se les recomienda que no tengan hijos. Recientemente, dos militantes detenidos -Gabino Falero Montes de Oca (Alejandro) y Corita Devina- se casaron en la capilla de la prisión de Punta Carreta. Terminada la ceremonia nupcial, él volvió a su celda, en ese penal, y ella marchó hacia la Cárcel de Mujeres. El MLN había dado su conformidad para el casamiento.

EL BUEN TUPAMARO

El "buen tupamaro" debe respetar estas normas dictadas por la Cartilla del MLN: "1) Disponga las cosas en su casa como si hoy mismo esperara un allanamiento. No guarde nombres ni direcciones sino en clave; de lo contrario será objetivamente un entregador. 2) Si aún no está fichado por las fuerzas represivas, se abstendrá de realizar cualquier militancia pública que permita ese fichaje. Debe tener siempre arreglados los asuntos familiares, de modo que una ausencia repentina no cree un problema insoluble. 3) Hable por teléfono pensando que el aparato puede estar intervenido. Acuerde frases en clave. Adopte un nombre de guerra conocido únicamente por sus allegados. 4) Recuerde que sus peores enemigos serán la jactancia, la falta de discreción y disciplina, el exceso de charla. No pregunte, no cuente, no permita que le cuenten. 5) Para repeler una agresión o impedir su detención deberá cuidar que sus medios de defensa sean iguales o superiores a los de su contrario; será preferible no defenderse a intentar una defensa a medias. 6) Tendrá presente que un impacto será suficiente para detener a un enemigo que huye, pero nunca podrá confiar en que sólo un impacto detenga a un oponente cargando contra uno: dispárele dos veces por lo tanto".

COMO PRESOS, EJEMPLARES

"Ya quisiera yo que todos los reclusos se comportaran igual", se admiraba un funcionario de la prisión de Punta Carreta donde 20 tupamaros esperan la sentencia definitiva. Todos los casos se ventilan en El mismo expediente; el proceso es uno solo y la decisión final será buena o mala para todos. Se adelanta que algunos afrontarán penas de hasta 15 anos de prisión. Los detenidos no están desesperados ni parecen tener prisa por liberarse. El Movimiento les ha marcado un programa de acción en la cárcel que ellos cumplen prolijamente. Los universitarios dictan clases de su especialidad y los expertos en manualidades ofician de maestros artesanos en las escasas oportunidades en que traban contacto con los delincuentes comunes alojados en ese presidio. El ingeniero Manera LIuveras, considerado hasta su detención (marzo de 1969) como cerebro del MLN y que resultó ser un simple reclutador, está terminando -ante la expectativa de la población carcelaria- .un proyecto para aprovechar mejor el espacio de las celdas: al parecer, es inventor de un novedoso y funcional sistema de cuchetas.
Tras los altos muros de Punta Carreta, no muy lejos de sus compañeros uruguayos, un argentino está solo y espera el resultado de dos procesos simultáneos. Se llama José Luis Nell Tacci y tiene 27 años. La policía lo detuvo en julio de 1967, en Montevideo, y su futuro se juega en la causa única del Caso Tupamaros (está acusado de integrar el MLN). Simultáneamente sobre Nell Tacci pesa un proceso de extradición solicitado por la justicia argentina para juzgarlo por el trágico asalto al Policlínico Bancario de Buenos Aires (julio de 1963) de donde miembros del Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara se llevaron 12 millones de pesos, dejando tras de sí dos muertos y varios heridos. Apresados, Nell y sus compañeros se fugaron de un juzgado de Buenos Aires.
Luego de su detención en la residencia de Leonel Martínez Platero (hoy recluido), en mayo de 1968, se pidió su extradición desde la Argentina. Hasta la fecha, la justicia uruguaya no accedió al pedido porque Nell Tacci tiene cuentas pendientes en el Uruguay. Según la policía, el detenido trabajó en equipo con los tupamaros junto a otro ex tacuara, el legendario José 'José' Baxter, un argentino de 28 años nacido en Yugoslavia, quien sería el responsable del brusco giro del grupo Tacuara hacia la Izquierda y su posterior disolución como organización armada. Nell y Baxter "intervinieron en varios asaltos a bancos de Montevideo" -según la policía uruguaya- y preparaban un nuevo golpe cuando en diciembre de 1966, a raíz de dos tiroteos, la policía investigó el MLN por vez primera. El hecho provocó la huida de Baxter, pero Nell Tacci se quedó en Uruguay. Para la policía de Montevideo la presencia de ambos probaría el parentesco entre el MLN y los izquierdistas del antiguo Tacuara.
En enero de este ano, la Policía Federal argentina anunció la presunción de un enlace entre ambos grupos y pidió fotos de las esposas metálicas usadas por los autores del asalto al Casino de San Rafael, en la creencia de que se trataba de las mismas manillas utilizadas por quienes asaltaron la sucursal Escobar del Banco de la Nación. De todas formas, las presuntas conexiones a través del Plata constituyen uno de los puntos más confusos de la investigación policial. Prueba de ello es la presencia en la lista de "tupamaros prófugos" de un militante peronista que en 1967 fue detenido en el Aeropuerto de Carrasco cuando intentaba entrar en el Uruguay con una metralleta PAM y numerosos proyectiles.

LOS QUE DISFRAZARON AL CHE

Otro conspicuo visitante que tomó contacto con los tupamaros fue Ernesto Guevara. Hugo Gambini, en su biografía El Che (Editorial Paidós, Buenos Aires, 1968) señala que "en Uruguay volvieron a cambiarle la fisonomía. Esta vez se convirtió en Adolfo Mena". Con ese nombre, haciéndose pasar como uruguayo contratado por la OEA para estudiar in situ las condiciones de vida de los campesinos bolivianos, Guevara ingresó en el Altiplano en septiembre de 1966. Semanas antes estuvo en Montevideo, donde adquirió su nueva identidad. Para los investigadores el problema está más claro: el MLN acogió en su seno al guerrillero y lo convirtió en un hombre calvo con gruesos lentes, ese que aparece en el pasaporte uruguayo a nombre de Adolfo Mena González. Las copias de este pasaporte fueron enviadas por el gobierno de La Paz a los agentes uruguayos. El fallo de los expertos -conocido poco después que la revista Life aseguró que la foto de Mena era la de Guevara desfigurado- fue contundente: los pasaportes fueron falsificados por especialistas del Movimiento.

Para sustentar tal afirmación se compararon las técnicas y los materiales utilizados en el pasaporte del Che con los encontrados por la policía en los allanamientos a bases tupamaras en octubre de 1968. Ciertos informantes aseguran que el Che vivió en un chalet de Carrasco. Allí habría mantenido contactos con los hombres que están en la cúspide de la pirámide del MLN y esbozado sus planes de futuro, en los cuales Uruguay jugaba, si no un rol preponderante, al menos el de apoyo a la acción guerrillera que Guevara conduciría desde el centro mismo del continente.
Desde ese momento, las vinculaciones del Movimiento en el exterior se orientaron hacia Cuba, "el comando estratégico continental" de la guerrilla latinoamericana. Los Tupamaros estaban incorporados a una lucha que debía generalizarse: "Guevara ha planteado -dice un documento del MLN- que luego de !a revolución cubana ningún otro país de Latinoamérica podrá liberarse; la lucha, pues, deberá ser continental y prolongada". Los Tupamaros se embarcaron en la misma empresa junto a movimientos similares, tal vez con más profundidad de lo que se supone si algún crédito merecen las versiones de que hubo un uruguayo en la guerrilla boliviana. Al respecto es sugestivo el hallazgo de un fusil del ejército boliviano en un departamento de la calle Bonpland, en Montevideo (noviembre de 1968), cuando se buscaba a los asaltantes del Casino de Carrasco. La presencia de esta arma probarla la participación de tupamaros en la guerrilla boliviana o quizá la presencia en Uruguay de hombres que combatieron junto al Che y se desperdigaron por América tras el último combate en Quebrada del Yuro.